Una atmósfera espacial abierta, receptiva, que se satisface y cumple con la integración final del hombre y el arte, del hombre y la comunidad.
La verdadera creación estética es este nuevo espacio vertiginoso, ilimitado, y la verdadera trascendencia de un arte nuevo y original: la desocupación espacial .
La naturaleza de lo abstracto se define por este silencio espacial, donde el valor individual crece a partir de la multiplicidad.

Desde su primera exposición en Buenos Aires, realizada en el año1992, Luh nos ha guiado por un camino de exploración artística, un camino compartido que no sólo lleva su nombre sino el de todos los que hemos participado de estas experiencias.
Este año en la FADU Wolfgang Luh renueva esta invitación, la coloca en el dominio público y el espacio se vuelve algo extraño: la extraña celebración del arte en la comunidad; de los aspectos sociales y políticos que en el arte parecían haber desaparecido.

Roberto R. Busnelli, arq.